La psicología de la familia y lo que hacen los terapeutas familiares en terapia familiar.
Por
Odilis Cabrera Paulino, estudiante de psicología educativa en la Universidad
O&M, recinto la Romana
(Nota:
Estoy publicando las mejores ponencias en este panel “la profesión de psicólogo
en el mundo de hoy”, sin hacer ninguna corrección gramatical o de estilo a las
originales sometidas por las autoras)
Primero, les estaré definiendo lo que es la terapia familiar y a
quienes ayuda. La terapia familiar o terapia familiar sistémica aborda los
problemas generados en el contexto de las relaciones familiares o con personas
significativas en la vida de las personas. La terapia familiar ayuda tanto a
padres como a hijos en las diferentes etapas de la vida.
El Dr. Salvador Minuchin desarrolló la terapia familiar
estructural sistémica. Es una nueva manera de enfocar los problemas según la
cual no se trata al individuo sino a la persona en el marco de su familia, es
decir, que se estudia el individuo en su contexto social con el objetivo de
modificar la organización de la familia. Se parte del principio que cuando se
transforma la estructura del grupo, se modifica la posición de los miembros de
esa familia, ya que, la experiencia del hombre depende de la interacción con el
medio. Así, el terapeuta se caracteriza por su flexibilidad y por mirar el
problema desde un foco amplio. El objetivo de la terapia estructural de la
familia no es explorar e interpretar el pasado, sino modificar el presente, el aquí
y ahora de la familia.
Cuando hay un desequilibrio en el sistema familiar, sus
miembros suelen ofrecer resistencia al cambio conservando las pautas. Pero la
estructura familiar debe adaptarse para permitir su continuidad y para eso
necesita de una gama suficiente de pautas, disponibilidad de pautas
transaccionales y flexibilidad para movilizarlas. Estas funciones, el sistema
familiar las desempeña gracias a sus subsistemas. En efecto, cada individuo
pertenece a diferentes subsistemas donde tiene diferentes niveles de poder y
donde aprende diferentes habilidades. Estos subsistemas pueden ser formados por
generación, sexo, interés, o función. Para un buen funcionamiento de la
familia, los límites entre estos subsistemas deben ser claros. Cundo hablamos
de limite nos referimos a las reglas que definen quienes participan y de la
manera que lo hacen. En las relaciones familiar saludables, los subsistemas
deben permitir el desarrollo de sus funciones sin interferencia indebidas de
otras, al mismo tiempo que permite el contacto entre los miembros. En caso de
familias donde los limites se esfuman, hablamos de aglutinamiento donde el
sistema suele sobrecargarse porque la familia carece de los recursos para
adaptarse.
Desde
la concepción original de Salvador Minuchin (1967) y sus colaboradores, el
enfoque de terapia familiar estructural estuvo dirigido principalmente a las
familias menos favorecidas por las estructuras socioeconómicas de su comunidad.
En
la republica dominicana, fue en el Hospital Robert Reid Cabral, con el apoyo de
la Lic. Teresa Rojas, entonces encargada de la División de Reeducación al Menor
de SESPAS, donde se realizó el primer entrenamiento en terapia familiar
estructural en 1979. Unos meses después, el Departamento de Psicología de la
Universidad Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), dirigido por el Dr. Rubén Farray,
sólido defensor del desarrollo de la psicología en el país permitió un espacio
para la enseñanza de la terapia familiar sistémica, que fue ampliándose con la
cálida acogida de los estudiantes.
El
Instituto de la Familia (IDEFA) ha desarrollado un modelo psicoterapéutico que
responde a ciertas condiciones específicas que le permita servirle
eficientemente a la familia-paciente en la comunidad. Para muchas de estas
familias con serios conflictos económicos y en busca de soluciones muy
concretas a sus problemas familiares, se fueron integrando y adaptando técnicas
de intervención implementadas con éxito en poblaciones semejantes a las nuestras.
Así
fue como este proceso de la implementación de la terapia familiar estructural,
se fueron integrando técnicas estructural-estratégicas que cumplían con las
siguientes condiciones:
•
facilitar la terapia breve (10-15 sesiones);
•
focalizar más lo que se hace que lo que se dice;
•
responder al problema presentado por el sistema (individual/pareja/familia/comunidad);
•
descentralizar al terapista y al paciente identificado (PI), haciendo que la familia-paciente
sea responsable del cambio terapéutico;
•
flexibilizar y utilizar al máximo las habilidades y conocimientos que los
terapistas ya tienen, para insertarlos en las estrategias sistémicas básicas
con poco tiempo de entrenamiento.
El
modelo integrado de terapia familiar estructural no sólo puede ser utilizado
por psicólogos, sino también por médicos, psiquiatras, orientadores,
educadores, teólogos, trabajadores sociales y otras áreas afines al campo de la
familia. Esta apertura multidisciplinaria rompe los cubículos cerrados que
algunas disciplinas cuidan con esmerado celo.
Su
objetivo es lograr que el paciente potencialice su capacidad para resolver el
problema presentado, ofreciéndole alternativas en el "aquí y ahora"
para reestructurar sus estrategias de relación personal, familiar y
comunitaria.
Tiene
una duración de l0 a 15 sesiones. Las primeras una vez por semana, y después de
definir claramente "lo que el sistema quiere cambiar" y establecer
las metas, se pueden espaciar las sesiones a discreción del terapeuta y en
función de la capacidad de cambio evaluado durante el proceso.
Las
etapas del Proceso son las siguientes:
1.
Acogida, recibimiento y enlace;
2.
Identificación del problema presentado, expresado en términos conductuales específicos,
así como exploración de las conductas subyacentes que lo mantienen y sus
implicaciones sistémicas para lograr el cambio;
3.
Determinación y ordenamiento de las metas terapéuticas en relación a cómo
sirven a las necesidades expresadas por el sistema (no a cómo las percibe el
terapeuta);
4.
Selección e implementación de intervenciones (algunas diseñadas especialmente
para cada caso, y para cada sesión), de acuerdo a una hipótesis descriptiva de los
conflictos familiares;
5.
Evaluación de los cambios obtenidos/estabilidad de los cambios estructurales sin
la intervención del terapeuta;
6.
Fin de la Terapia: Mejoría significativa del PI y reorganización de las estructuras
disfuncionales del sistema para potencializar su capacidad de solucionar sus
conflictos.
El
tratamiento sistémico del niño abusado en la experiencia clínica en el trabajo
con las familias y las subsiguientes investigaciones con modelos de crianza fue
señalando la necesidad de responder al abuso contra los niños en la familia y
en la comunidad.
La
flexibilidad de la teoría sistémica para integrar las necesidades de cada
situación específica a la que sirve ha facilitado que se desarrolle un modelo
de atención para las familias con un niño o adolescente abusado física,
emocional o sexualmente, dentro de la visión de la causalidad circular.
Este
modelo sacrifica algunas premisas en cuanto a la función del terapeuta, pues le
pide que se convierta en defensor primero de los intereses del menor, y después
en facilitador del sistema parental o familiar. En este sentido, su rol es más
directivo, responsabilizando a los adultos del sistema de colaborar en los
siguientes objetivos preestablecidos para la terapia:
1.
Detener el abuso y promover la protección de niños, niñas y adolescentes (NNA);
2.
Promover el desarrollo integral del NNA;
3.
Mejorar los patrones de relación en la familia;
4.
Potencializar a las familias para que sean capaces de proveer afecto y protección
a los NNA;
5.
Desarrollar habilidades para la solución de conflictos en el NNA y su familia;
6.
Transformar la víctima en sobreviviente con su reinserción positiva en su
familia y su comunidad.
En
la terapia familiar estructural, el desarrollo social y el compromiso sistémico
han generado la necesidad de elaborar respuestas preventivas para mejorar la
calidad de las relaciones interpersonales en los ecosistemas en que está
inmersa la familia.
Tanta
importancia ha adquirido las relaciones interpersonales en nuestro quehacer
diario, que para muchos profesionales ha pasado inadvertido el hecho de que el
DSM-IV (1994; 4ta. edición) incluye ya "Problemas Relacionales que se
Relacionan con un Desorden Mental o Condición Médica General".
Los
aspectos del modelo terapéutico del IDEFA que favorecen el desarrollo social
son los siguientes:
1.
Si se pone en práctica la premisa de que "todos somos parte del problema y
parte de la solución", se promueve el ejercicio democrático familiar y
social.
2.
Si la familia-paciente aprende a definir su problema y a ser protagonista de su
cambio terapéutico, nos alejamos del personalismo, acercándonos a una
colaboración social que nos permita reafirmar nuestra propia identidad.
3.
El proceso de cambio genera menos resistencia, porque es el paciente quien
define su problema y quien elabora su solución. Al mismo tiempo, se refuerza la
responsabilidad familiar y social de asumir sus funciones no sólo como derechos
sino también como deberes sociales.
4.
Fomenta la solidaridad: ya que "lo que afecta una parte del sistema afecta
a todo el sistema".
5.
Al definir claramente las fronteras de cada sistema y subsistema relacional, se
estimula la defensa de los derechos de la mujer, ancianos y niños, a menudo
víctimas de la violencia intra y extrafamiliar.
6.
Promueve el desarrollo de redes de apoyo entre las familias y las instituciones
sociales como las escuelas, los clubes, entre otros.
7.
Facilita el aprendizaje de nuevos modelos de crianza que previenen contra los
abusos de poder, tanto en la familia como en la sociedad. El Estado, sabemos ya,
que ha sido mal padre y no muy buena madre. Le toca a cada familia
responsabilizarse de sus miembros, y estos a su vez, responder a las
necesidades de su comunidad. Apoyar modelos de control externo de nuestros problemas
sólo nos hace más débiles internamente. Aceptar la impotencia frente a los conflictos
es una buena descripción de cómo institucionalizar la dependencia.
8.
Facilita la detección de los problemas comunitarios y agiliza la búsqueda de
soluciones.
El
trabajo del IDEFA se fundamenta en cuatro pilares: Atención, formación,
prevención e investigación. El terapista familiar que labora en el IDEFA está
comprometido, no sólo a acompañar a las familias en sesiones terapéuticas, sino
que también se convierte en multiplicador de sus conocimientos, ya sea
entrenando a otros profesionales, como también entrenando a los miembros del
sistema familiar a implementar "disciplina positiva", a controlar la
violencia doméstica, a negociar la solución de los conflictos maritales, a
prevenir el abuso contra los niños, entre otros.
Algunas
limitaciones para la aplicación del Modelo de Terapia Familiar Estructural:
-
El terapista tiene que multiplicar su capacidad de respuesta frente a la
multiplicidad de demandas que en nuestras instituciones de servicio se viven
día a día, para mantener la aplicación del modelo sistémico.
-
La dificultad para formar equipos de trabajo multidisciplinarios todavía
persiste, y aunque se habla mucho de ellos, en la práctica, funcionan muy
pocos.
-
La tentación de centrarse en el contenido y descuidar el proceso (estructuras)
permanece latente, aún después del entrenamiento correspondiente.
-
El desafío al poder del terapeuta es enorme, pues se enfrenta a un sistema de
varios miembros, que ya tienen relaciones de poder y afecto previos, y que
parece demostrar lo imposible de su tarea terapéutica. Por lo menos al inicio,
la sesión parece francamente desequilibrada. El uso del espejo de una visión
podría ser una respuesta a la necesidad de aliados ocultos del terapeuta,
además de sus propósitos de formar en la acción y ampliar los recursos
terapéuticos.
-
La apertura del entrenamiento sistémico fuera del área estrictamente
psicológica, puede generar cierta inseguridad en los ámbitos profesionales.
-
Necesitamos más entrenamiento sistémico en todos los niveles de atención. Decimos
"sistémico" en cuanto a compartir la causalidad circular (o
multicausal o interaccional), que permite, como ha pasado en la actualidad, una
variedad de interpretaciones descriptivas y estratégicas en el manejo de las situaciones
familiares. La urgencia y aumento de la demanda de servicios sobrepasa muchas
veces las facilidades presentes.
Referencias bibliográficas
·
Alma de Ruiz, Z. 1980.
Modelo Ecológico Integral de Asistencia al Niño Marginado. Consejo Nacional
para la Niñez. Santo Domingo.
· Alma de Ruiz, Z. 1981.
Terapia Familiar, Teorías y Técnicas. Santo Domingo, Universidad Nacional Pedro
Henríquez Ureña.
·
Alma de Ruiz, Z.
1994. Helping the Dysfunctional Family in Child Abuse Cases. X International
Congress on Child Abuse & Neglect, ISPCAN, and Kuala Lumpur, Malaysia.
·
American
Psychiatric Association 1994. Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders (DSM-IV). Fourth Edition, Washington, D.C.
· Bateson, G., Ferreira, A,
Jackson, D. 1974. Interacción Familiar: Aportes Fundamentales Sobre Teoría y
Técnica. Buenos Aires: Editorial Tiempo.
·
Fishman, H. C.
1993. Intensive Structural Therapy. New York: Basic Books. Haley, J. 1971. Changing
Families, Grune & Stranton, New York.
· Kaslow, F.W. 1996.
Handbook of Relational Diagnosis and Dysfunctional Family Patterns. New
York: John Wiley & Sons.
·
Madanes, C. 1990.
Sex, Lave and Violence: Strategies for Transformation. New
York: Norton.
·
Minuchin, S. &
Nichols, M.P. 1993. Family Healing. New York: The Free Press
· Minuchin, S.
(1974). Families and Family Therapy. Cambridge: Harvard
University Press.
· Minuchin, S.;
Rosman, B. and Baker, L. Psychosomatic Families: Anorexia Nervosa in Context. Cambridge,
MA Harvard University Press.
· Minuchin, S. and
Fishman, H.C. Family Therapy Techniques. Cambridge, MA Harvard University
Press.
· Nichols, MP. and
Schwartz, Re. 1995. Family Therapy: Concepts and Methods. 3rd.
edition. Boston: Allyn and Bacon.
· Nichols, WC. and
Everett, C.A. 1986. Systemic Family Therapy. New York: The Guilford Press.
·
Schwartz, RC.
1995. International Family Systems Therapy. New York: The Guilford Press.
Exelente waoo muy buena me encantó
ResponderBorrarBuena exposición me gustó muchísimo bien colega
ResponderBorrar